29.12.14

El silenciamiento interior

Desde el silencio interior reflexionar hasta comprender y llegar a la aceptación.
Sea el que sea el acontecimiento que se presente, acógelo calmadamente y acéptalo. Lo que ha ocurrido, ha ocurrido. ¿Verdad que es imposible negarlo? Pues acéptalo. Cuando un acontecimiento ha ocurrido, ningún otro es posible en su lugar. Verlo y sentirlo así equivale a decir: "sí, así es". Eso es tomar posesión del hecho, sin rechazarlo.
¿Qué hay de malo en buscar lo agradable y apartarse de lo desagradable? El río de la vida discurre entre las riberas del sufrimiento y del placer. No hay problema a menos que lo mental rechace fluir con la vida y pretenda quedarse anclado en una ribera. Fluir con la vida es la aceptación; dejar llegar lo que viene y dejar ir lo que se va. No desees, no tengas miedo, observa el presente tal cual es y cómo llega. Tú no eres lo que llega, sino aquel a quien eso llega, el observador. En el fondo, no eres ni siquiera el observador. Eres la potencialidad última cuya manifestación es la conciencia que todo lo abarca.
Debes ser un "sí" sin ningún "no". Lo que hay "es", el "debería ser" no existe.