15.6.15

Cohousing

Partiendo de la filosofía zapatista donde se aspira a un mundo donde quepan muchos mundos, en que yo pueda ser sin dejar de ser yo, y donde tú puedas ser sin dejar de ser tú, y donde yo ni tú obliguemos al otro a ser como yo o como tú, la cooperativa entrepatios conformada por un grupo heterogéneo de personas comparten el objetivo común de querer una casa en la que quepan muchas casas, otro modelo de convivencia en el que se integran inquietudes sociales y medioambietales.

Su propuesta sobre el derecho de uso apunta hacia el corazón del único derecho sagrado y protegido por el sistema, el de la propiedad privada, que se antepone hasta el punto de volver inefectivo el derecho humano al acceso a una vivienda en la dinámica de una economía rentista que esclaviza a través de la deuda, sustrayendo la riqueza colectiva una vez que las burbujas especulativas revientan.
Se diferencia del resto de cooperativas de viviendas en que el propietario no es cada vecino sino la propia cooperativa. Esta figura permite hacer una aportación en torno al 20% de la vivienda y a partir de ahí cada familia en condición de socios/as pagan una cantidad mensual que les da derecho al uso de la vivienda y de los espacios comunes. Como el proyecto tiene vocación de cubrir necesidades, los estatutos de esta cooperativa contemplan cantidades máximas para la cuota y un fondo de solidaridad para hacer frente al impago puntual por alguna de las familias. En Escandinavia estas experiencias llevan en marcha décadas y concretamente en Dinamarca ya suponen el 10% del parque de vivienda.

6.6.15

Construir el Buen Vivir


América Latina, a partir de una renovada crítica a la idea del desarrollo, se encuentra en un interesante proceso de reencuentro con sus orígenes.Por un lado, se mantiene y recupera una tradición histórica de críticas y cuestionamientos elaborados y presentados hace tiempo atrás, pero que quedaron rezagados y amenazados de olvido. Por otro lado, afloran nuevas concepciones, sobre todo originarias de los pueblos y nacionalidades ancestrales del Abya Yala, que se complementan con aportes provenientes de otras regiones de la Tierra. Mientras buena parte de las posturas convencionales sobre el desarrollo e incluso muchas de las corrientes críticas se desenvuelven dentro de los saberes occidentales propios de la Modernidad, las propuestas latinoamericanas más recientes escapan a esos límites.
En efecto, estas propuestas recuperan posturas clave ancladas en los conocimientos y saberes propios de los pueblos y nacionalidades ancestrales. Sus expresiones más conocidas nos remiten a las constituciones de Ecuador y Bolivia; en el primer caso es el Buen Vivir o Sumak Kawsay (en kichwa), y en el segundo, en particular el Vivir Bien o Suma Qamaña (en aymara) y también Sumak Kawsay (en quechua). Existen nociones similares (mas no idénticas) en otros pueblos indígenas, como los Mapuche (Chile), los Guaranís de Bolivia y Paraguay, los Kunas (Panamá), los Achuar (Amazonía ecuatoriana), pero también en la tradición Maya (Guatemala), en Chiapas (México), entre otros.